20 de febrero de 2009

El Club de los sínicos y los compadres

Lo prioritario son los enfoques con los que tratamos las cosas, en la discusión, la razón debe intervenir para discutir si lo que hacemos es “razonable”.

Mucho se ha venido discutiendo a últimas fechas si la selección va a calificar al mundial, si Rafa Márquez debe ser castigado, si se debe despedir a Eriksson. Después vino otro problema sobre la salida de “Chucho Ramírez” de la dirección de selecciones juveniles y el nombramiento de un nuevo director técnico en la figura de Juan Carlos Chávez, éste último sin título que lo acredite como tal.

El origen de todo este circo está en ese “club” formado por los integrantes y cabezas de la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) a los que Héctor Huerta, periodista de ESPN ha llamado el club de los sínicos y compadres. Como tal este problema debe ser tratado, analizado y enjuiciado por las personas que más saben en una lógica proporcionada por la propia cultura del fútbol en donde los inmiscuidos en la toma de decisiones en la federación hacen “lomo de burro” y justifican sus actos reproduciendo el viejo y gastado discurso de que se va por buen camino y que la selección llegará al Mundial de Sudáfrica; y donde por otro lado están los juicios basados en la razón subjetiva de los periodistas que se atreven a encarar y a señalar la serie de estupideces que se realizan por parte de los mismos directivos.

Y es que el dirigir y coordinar una selección mexicana hoy en día lleva una carga de fines lucrativos al grado de encontrarnos y hartarnos de un entorno tan prostituido; un medio en el que el secretario de la federación, Justino Compeán, da un espaldarazo a Eriksson porque correrlo ahora comprobaría que se volvieron a equivocar al elegir al técnico nacional; un medio donde el dueño de las Chivas respalda al técnico porque fue él mismo quién por un capricho suyo y “aires de grandeza” impuso a Eriksson como si fuera verdad que con sólo nombrarlo México llegaría mínimo al famoso quinto partido en el Mundial. Un medio donde Decio de María y “Memo” Cantú se pasaron por alto las leyes establecidas en el reglamento al nombrar como técnico de selecciones juveniles a una persona que no está acreditada para ejercer el puesto.

La verdad cansa, ya cansa y desespera que todo mundo ejerza cargos que por propia ética y falta del mínimo conocimiento no les corresponden, exaspera que cada quién haga lo que se le dé la gana; empero sobre todo, enfurece que se le esté tomando el pelo a una sociedad mexicana con anhelos de ganar algo, una sociedad que busca el refugio a sus problemas en el fútbol , enfurece de verdad que se le falte al respeto y se insulte la inteligencia de miles de mexicanos trabajadores que si cumplen con su deber.

“Hay gente que no entiende y hay gente que no entiende que no entiende, de éstos últimos es de los que hay que cuidarse”.