13 de septiembre de 2009

Where is my mind?


“No eres especial, tampoco eres hermoso y no eres único como un copo de nieve”

¿Para qué estamos aquí entonces?

Estamos porque anhelamos, deseamos con todas nuestras fuerzas ser reconocidos en lo que hacemos. Piénsenlo, si creen que estudian o trabajan porque les gusta hacerlo están en un error; ustedes sólo son un pequeño e insignificante punto de todo el círculo de la existencia. ¿Lo imaginan? Si ustedes murieran hoy a nadie le importaría ¿Y siguen creyendo que con sus grandes conocimientos y actividades la gente los recordará por siempre? Basura.

Seguro, me dirán que a su familia le importan y mucho, no me queda duda. ¿Saben por qué? Sólo por ser familia, la realidad es que nunca tuvieron que hacer nada para lograr ese sentimiento. Si por algún motivo decidieron salir de ese círculo saben a qué me refiero.

A las demás personas no les importas. La gente con la que convives a diario sólo te quiere porque le eres útil en el momento, ellos sólo quieren verte con tu mejor pose. Les importa un carajo si tu madre enfermó, si no tienes dinero y mucho menos si no eres feliz. Ellos sólo desean que los adules, que los diviertas, que los hagas más ricos y poderosos, sólo juegan contigo.

Ejemplo. El mexicano que salió de su casa, de algún pueblo de la República. Juan Pérez se fue a trabajar a Estados Unidos con el sueño en la mente de poder sobresalir y destacar, pronto se olvidó de su familia y de donde venía; sus deseos por ser reconocido lo llevaron a querer más y más dinero. A los tres años Juan muere en su trabajo, sin duda por las bajas garantías de seguridad en su labor. Sin más, los hondureños, salvadoreños y demás migrantes mencionan –se murió un perro mexicano-. Allá era un perro, uno como hay muchos. En casa era el hijo, el hermano… era Juan Pérez.

Varias personas en el camino tratarán de persuadirlos con el propósito de que lo único en lo que deberían de pensar es en la fama, el poder y el dinero.

Permítanse reflexionar si de verdad lo que están haciendo tiene sentido para ustedes mismos, rebobinen la cinta en su mente y dense cuenta de qué era lo que deseaban lograr y tomen de nuevo el control de su vida. Piensen por ustedes mismos, ábranse el camino con su esfuerzo y respóndanse a ustedes mismos -¿para qué estoy aquí?-

“Confíen en mí, estoy en un momento muy extraño de mi vida”